José María Vargas Vila (1860-1933)
Escritor y periodista nacido en Bogotá. Hijo del general José María Vargas Vila
y de Elvira Bonilla, José María Vargas Vila fue un autodidacta, no obtuvo ningún
grado académico. A los dieciséis años se enroló en las fuerzas comandadas por el
general Santos Acosta. En 1880, ya afianzado en sus convicciones radicales, se
fue para Ibagué como maestro de escuela. Al volver a Bogotá, después de haber
ejercido su profesión de maestro también en las poblaciones de Guasca y
Anolaima, conoció al poeta José Asunción Silva, con quien hizo amistad. Entró
como profesor al Liceo de la Infancia, de donde, tras un altercado con el
presbítero Tomás Escobar, fue expulsado. De allí se fue para Tunja, cuando
estalló la revolución de 1885, y se enroló en las fuerzas del general Daniel
Hernández; tras la derrota se fue a los Llanos y de allí viajó a Maracaibo. En
1877, en Caracas, dirigió la revista Eco Andino, fundada por él. En 1878, junto
con Diógenes Arrieta y Juan de Dios Uribe, fundó la revista Los Refractarios. A
la muerte de Arrieta, Vargas Vila pronunció en el cementerio de Caracas la
oración fúnebre, considerada una de las piezas claves de la oratoria del «divino
Vargas Vila». Conminado por el presidente de Venezuela a abandonar el país,
Vargas Vila se fue a Nueva York, donde entró a trabajar en la redacción del
periódico El Progreso; desde este diario arreció sus ataques contra los tiranos
de Colombia y Venezuela. Al retirarse del periódico, fundó la revista Hispano
América, donde publicó varios cuentos que después harían parte del libro Copos
de espuma. En 1900, en París, inició su amistad con Rubén Darío. Poco a poco,
Vargas Vila se alejó de su labor como periodista para dedicarse a la literatura.
Entre 1900 y 1903 escribió Rosas de la tarde e Ibis, narraciones con las que
alcanzó una popularidad inmediata en todo el continente latinoamericano. Vargas
Vila fue un radical intransigente y un anticlerical convencido. En 1905 fijó su
residencia en Madrid, y en 1912 se trasladó a vivir a Barcelona, donde
permaneció hasta 1923. Dentro de su producción literaria, podemos destacar las
novelas Aura o Las violetas, Flor de fango, y la trilogía Lirio blanco,
Lirio
rojo y Lirio negro. A cada aparición de una de sus obras, se levantaban agudas
controversias, escándalos y rechazos que lo convertían en un escritor
enormemente leído y muy popular. Era enemigo declarado de la tradición, de la
Iglesia, del gobierno, le encantaban los equívocos, las frases altisonantes, los
conceptos atrevidos.
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